viernes, 30 de marzo de 2012

¿Qué es una Higiene Bucal Adecuada?


¿Qué es una Higiene Bucal Adecuada?


Qué significa buena higiene bucal?

La buena higiene bucal proporciona una boca que luce y huele saludablemente. Esto significa que:

     Sus dientes están limpios y no hay restos de alimentos 
    Las encías presentan un color rosado y no duelen o sangran durante el cepillado o la limpieza con hilo dental
     El mal aliento no es un problema constante
Si las encías duelen o sangran durante el cepillado o la limpieza con hilo dental, o usted sufre de mal aliento persistente, visite a su dentista. Cualquiera de estas infecciónes indican un problema.


Su dentista o higienista lo ayudarán a desarrollar buenas técnicas de higiene bucal y le enseñarán a detectar las áreas que demandan una atención especial durante el cepillado y la limpieza con hilo dental.

¿Cómo se practica la buena higiene bucal?

Una de las cosas más importantes que usted puede hacer por sus dientes y encías es mantener una buena higiene bucal. Los dientes sanos no sólo le dan un buen aspecto a su persona y lo hacen sentirse bien, sino que le permiten hablar y comer apropiadamente. La buena salud bucal es importante para su bienestar general.



Los cuidados preventivos diarios, como el cepillado, uso de hilo dental y enjugue bucal, evitan problemas posteriores, y son menos dolorosos y menos costosos que los tratamientos por una infección que se ha dejado progresar. 



En los intervalos entre las visitas regulares al dentista, hay pautas simples que cada uno de nosotros puede seguir para reducir significativamente el desarrollo de caries, las enfermedades de las encías y otros problemas dentales:

·  Cepíllese en profundidad, use hilo dental y enjuague bucal por lo menos dos veces al día.
·  Ingiera una dieta equilibrada y reduzca las ingestas entre comidas
·  Utilice productos dentales con flúor, inclusive la pasta de dientes
·  Use enjuagues bucales fluorados si su dentista lo indica



Incline el cepillo a un ángulo de 45° contra el borde de la encía y deslice el cepillo alejándose de ese mismo borde y hacia adelante.





Cepille suavemente el exterior e interior y la superficie de masticación de cada diente con movimientos cortos hacia atrás.




Cepille suavemente la lengua para eliminar las bacterias y refrescar el aliento




Fuente: Colgate 

jueves, 29 de marzo de 2012

El cepillo de dientes, el invento más imprescindible en Estados Unidos

El cepillo de dientes, el invento más imprescindible en Estados Unidos



Puestos a elegir el invento más imprescindible, los estadounidentes han apostado por una rudimentaria tecnología, cuyos orígenes se remontan nada menos que al siglo XV: el cepillo de dientes.


El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) acaba de hacer públicos los resultados de una inusitada encuesta, a partir de una peculiar pregunta: «¿Sin cuál de estos cinco inventos no podría usted vivir?». Las opciones eran cinco y el cepillo de dientes se impuso, por este orden, sobre el automóvil, el ordenador, el teléfono móvil y el horno microondas.


El cepillo triunfó prácticamente por igual entre los entrevistados adultos (42%) que entre los adolescentes (34%), aunque el coche anduvo bastante cerca, por encima de la franja del 30%. Curiosamente el ordenador conquistó tan sólo a un 6% de la población adulta (frente al 16% entre los imberbes). El móvil y el microondas se quedaron muy a la zaga de los otros inventos.


La encuesta, en la que participaron más de 1.442 estadounidenses de todas las edades, forma parte del programa anual de la MIT y la Fundación Lemelson para medir y promover el interés de los jóvenes por la invenciones.


La mayor parte de los encuestados coincidieron en destacar el cepillo de dientes como «un gran paso en la mejora de la calidad de vida». Los adultos, y en menor medida los adolescentes, consideran que las grandes innovaciones de las últimas décadas (como son el ordenador y el teléfono móvil) son absolutamente «prescindibles» en comparación con el gran invento que suplantó en su día al mondadientes.
Merton Flemings, director del programa Lemelson-MIT, alabó el interés de los más jóvenes por las tecnologías más básicas, de las que dijo «que son la raíz de todas las invenciones».




martes, 27 de marzo de 2012

En 10 años se regenerarán dientes con células madre

En 10 años se regenerarán dientes con células madre

El biólogo británico Paul Sharpe confía en que dentro de unos diez años se regeneren dientes de humanos a partir de células madre como práctica clínica, toda vez que ya se ha conseguido en investigaciones científicas con ratones.

Sharpe, que participa en Oviedo en la cuadragésimo quinta reunión anual de la Sociedad Española de Periodoncia, ha explicado a los periodistas que el principal problema en la investigación que realizan es que las células madre en cultivo pierden propiedades y calidad, mientras que si son originarias lo difícil es encontrarlas en cantidad suficiente.

El investigador cree que la solución es fácil, aunque aún no hayan conseguido dar con ella y que cuando se solvente se avanzará para que puedan crearse dientes a partir de células madre, como ya se ha conseguido en el laboratorio, con ratones y ratas.
"Aplicar esos conocimientos al ser humano requiere mucho más control", cree Sharpe, quien señala que aunque no haya "aplicación clínica hasta al menos diez años" sí habrá antes investigación "en unos pocos pacientes".
Sharpe ha explicado que algunos científicos tratan de obtener las células madre de la pulpa dentaria, así como de la médula ósea.

Pero la obtención de células madre de la pulpa dentaria "no parece responder del todo bien" y por eso su equipo de investigación está "buscando otra fuente" que proporcione células "suficientemente adecuadas", tanto en cantidad, como en "que tengan buena respuesta a la hora de estimularlas".

"Es una de las vías que más está dificultando la aplicación en humanos", ha añadido Paul Sharpe, quien se licenció en Biología en la Universidad de Sheffield y ha trabajado en la de Mánchester, en el Reino Unido.

Sharpe ha explicado que "todos los grupos de investigación tienen el problema de que las células cuando crecen en cultivo pierden las propiedades originales que las hacían interesantes" y por tanto, "cuando tienes la cantidad suficiente, no tienes las propiedades".
Esas propiedades a las que se refiere Sharpe son las posibilidades que les permiten "interactuar con otro tipo de células, las epiteliales, que forman parte de los dientes".

Como efectos adversos que hayan surgido en las investigaciones, Sharpe se ha referido al surgimiento de algún quiste cuando la formación del diente es fallida, pero ha restado importancia a este extremo y cree que esos efectos negativos podrán superarse.

lunes, 26 de marzo de 2012

El consumo de helados y bebidas frías aumenta la hipersensibilidad dental

El consumo de helados y bebidas frías aumenta la hipersensibilidad dental

El consumo de bebidas y alimentos muy fríos, como algunos tipos de helados, es muy frecuente en los meses de verano pero, según advierte la cirujano dentista, Carolina Benalal, estos alimentos pueden aumentar la sensibilidad dental y, por ello, proponen "no estimular en exceso" a los dientes y combinar la ingesta de estos alimentos con la de otros calientes.
Los helados han sido desde siempre una de las mejores fórmulas para paliar las altas temperaturas del verano y, al contrario de lo que se suele pensar, sus azúcares resultan más inocuos que los de otros productos para los dientes, disminuyen su capacidad de provocar caries y estimulan la salivación, lo que ejerce cierta protección por su acción de drenado y neutralización de la acidez.
Sin embargo, como señala esta experta, su ingesta excesiva puede provocar hipersensibilidad o hiperestesia, un trastorno que causa rechinamiento de los dientes y vibraciones sobre el hueso que, en algunos casos, puede derivar en una pérdida ósea y, como consecuencia, en la retracción de la encía.
En otras ocasiones, la anatomía del hueso del paciente influye directamente en la salud bucodental, ya que "existen las piezas con un hueso en el borde del diente fino, y también con hueso grueso".
"El fino es estéticamente más bonito y da un perfil a la encía mucho más estético, pero al ser más fino es más frágil y nos encontramos con el efecto conocido como 'cristal de bohemia', que va descascarillando el hueso y desgasta el esmalte, lo que contribuye igualmente a la hiperestesia", según Benalal.
Para mantener una dentadura saludable y evitar la aparición de hipersensibilidad, los expertos siguen apostando por una dieta saludable como el mejor aliado contra los problemas bucodentales.
El yogur, los quesos, la leche, los huevos, carnes de vaca, pollo y pescado, así como las frutas, verduras y hortalizas se encuentran entre los alimentos más recomendables para favorecer el desarrollo de los dientes y la absorción del calcio necesario.
ALIMENTOS PARA LIMPIAR Y FORTALECER LOS DIENTES
Además, Benalal apunta a algunos alimentos que ayudan a limpiar y fortalecer los dientes y las encías, y combatir las bacterias que se acumulan en la placa son los que poseen vitaminas C y A, flúor y calcio, como la naranja, la mandarina y el pomelo, que fortalecen las encías y ayudan a curar la gingivitis y la periodontitis, aunque deben ser consumidas con moderación ya que los ácidos pueden debilitar el esmalte.
Otros alimentos como la zanahoria, el plátano, la manzana o las espinacas contienen altos niveles de flúor, lo que ayuda a fortalecer las piezas dentales y el esmalte.
No obstante, por encima de todo, la doctora Benalal recomienda "evitar la acidez y, por ello, las bebidas carbonatadas, que reducen el PH bucal y favorecen la aparición de sensibilidad".
Estas recomendaciones deben ser tomadas muy en cuenta por los pacientes que padecen hernia de hiato, cuyo PH bucal suele ser elevado, así como entre las personas que tienen el hábito de comer limones con piel incluida, masticar hielos, y los que sufren o han sufrido episodios de bulimia, ya que aumenta drásticamente la acidez bucal, destruyendo de forma agresiva el esmalte y causando una hiperestesia importante.

Fuente: Europa Press

Consecuencias Orales por el uso del Piercing


Consecuencias Orales por el uso del Piercing

La colocación de piercing en el cuerpo es una práctica antigua de decoración para propósitos de belleza, ritos, posición social y significado religioso. En la actualidad, sigue siendo de interes popular aunque por diversas razones, hoy día es común, sobretodo en adolescentes, en el labio inferior y la lengua, en los cuales se ha observado un aumento de las complicaciones relacionadas con esta práctica, que consiste en colocar joyas en agujeros abiertos en los tejidos orales y periorales.

Algunas entidades han emitido comunicados en oposición a esta práctica, entre ellos la Asociación Dental Americana, la cual objeta en especial el piercing de la lengua, debido a que es un zona muy vascularizada y puede sangrar mucho más fácil que otros lugares del cuerpo y en ocasiones puede traspasar algun nervio originando parálisis parcial o total de la zona perforada.
Consecuencias del Uso del Piercing:
Fracturas y fisuras dentales
Alergias al metal
Deglución de la joyería
Transmisión de hepatitis B, C o D y del VIH
Infecciones bacterianas
Bloqueo de las vías aéreas por severa inflamación de la lengua
Quistes, abscesos y tumores
Daño a las restauraciones
Diseminación de la infección a otras partes del cuerpo
La corriente galvánica de la joyería metálica en contacto con restauraciones metálicas         podría producir sensibilidad pulpar
Halitosis por acúmulo de bacterias
Interferencia del habla
Aumento del flujo salival
Enrojecimiento e inflamación
Cicatrices
Dificultad para la deglución y la percepción de los sabores
Interferencia con pruebas de rayos x
El caso es aun más grave en adolescentes con problemas cardíacos que no toman ninguna prevención de antibióticos antes de la perforación e ignoran las posibles complicaciones como la endocarditis infecciosa.
Un caso previo presentado en Journal of Periodontology establece que el piercing de lengua , labio o carrillo puede causar recesión gingival, lo cual produce un defecto y hace el diente afectado más vulnerable.
Otro problema es que no se solicita consejo médico u odontológico antes de la perforación. Por otra parte si el mantenimiento de la higiene no es el adecuado se producen infecciones, que son la complicación más común de los piercing orales.
En un estudio de 52 adultos jóvenes se encontró recesión de la encía en el 35% de los sujetos que usaron piercing en la lengua por 4 años o más y 50 % usando piercing de barra larga (2,2 cm) por 2 años o más. Otros estudios afirman que el astillado de los dientes es más significativo en personas que usan esferas más pequeñas en los extremos de la joyería, debido a que es más fácil posicionarlo entre los dientes.

 Fuente: Odontofarma

jueves, 22 de marzo de 2012

16 malos hábitos que te estropean los dientes

16 malos hábitos que te estropean los dientes


www.6topoder.com
Dicen que la sonrisa es una carta de presentación, ¡y es cierto! Si quieres que la tuya sea brillante y luminosa, el primer paso es cuidar al máximo tus dientes. Y eso, además de las imprescindibles visitas periódicas al dentista para prevenir problemas mayores o solucionar los que ya existen, implica desterrar algunos malos hábitos de tu rutina diaria.  ¿Sabes cuáles son?
La primera vez que Francisco visitó a su dentista,  a éste le llevó un segundo darse cuenta de los estragos que el cigarrillo había hecho no solamente en los dientes sino en las encías de su paciente. Además de realizar los empastes que Francisco necesitaba, tuvo que referirlo a un especialista (o periodoncista)  para tratar la periodontitis (o piorrea) avanzada que estaba amenazando seriamente sus encías y su dentadura. El fumar definitivamente es uno de los peores hábitos que perjudica a todo el organismo, no sólo a la salud de tu boca. Pero hay muchos más que debes evitar.
Aunque hay pocas cosas más difíciles que cambiar de hábitos, debes proponerte modificar estas malas costumbres que estropean tus dientes:
• Fumar. La nicotina oscurece el esmalte y mancha los dientes. Puede provocar además enfermedades en las encías, que a su vez aflojan los dientes. Y si no te parece suficiente, también da mal aliento, afecta las papilas gustativas… y puede causar cáncer en la boca, los labios y la lengua. Si hay un sólo hábito de esta lista que debes cambiar urgentemente, es éste. Tu boca y todo tu cuerpo obtendrán beneficios inmediatos.
• Usar los dientes como herramienta. Si acostumbras destapar las botellas de refresco con los dientes, éstos pueden fracturarse y desgastarse. También se dañan si los usas para abrir los frascos de las medicinas y los envases de cartón o de papel.
• Cortar el hilo con los dientes. Aunque te parezca más fácil, ¡no lo hagas! Ten a mano las tijeras cuando te sientes a coser. Cortar el hilo con los dientes los desgasta.
• Rechinar los dientes o apretarlos en exceso (bruxismo). Desgasta la superficie de los dientes y hasta puede aflojarlos. También afecta la articulación de la mandíbula.  Consulta con tu dentista. Es posible que necesites incluso dormir con un protector especial (férula o guarda oclusal) para que no lo hagas inconscientemente mientras duermes.
• Morderse las uñas. Además de no ser higiénico y hacer que tus dedos, de hecho, tus manos se vean feas, este hábito aumenta las posibilidades de que padezcas de bruxismo.
• Chupar pastillas para la tos. Aparte de su valor medicinal, es más o menos como chupar caramelos, porque los dos están llenos de azúcar. En ambos casos, asegúrate de cepillarte bien los dientes después de chuparlos.
• Comer gomitas dulces. Además de tener el problema anterior, las gomitas se pegan a los dientes, y el azúcar (y los ácidos que produce) permanecen  en contacto con ellos por horas, causando daños en el esmalte de los dientes.
• Tomar café. Su color y su acidez pueden manchar los dientes o ponerlos amarillos.  De nuevo, cepilla bien los dientes a menudo para evitar que se manche y se deteriore el esmalte.
• Beber vino. Tanto el vino tinto como el vino blanco contienen ácidos que deterioran el esmalte de los dientes, haciéndolos más vulnerables a las manchas. El vino tinto contiene además un pigmento que mancha los dientes. Para reducir el efecto dañino del vino, debes enjuagar la boca con agua después de beberlo o cepillarte los dientes con pasta blanqueadora.
• Beber refrescos (gaseosas, sodas). No sólo los caramelos y los dulces están llenos de azúcar. También los refrescos tienen una buena cantidad, sin contar los ácidos que contienen, y que afectan el esmalte de los dientes (estos ácidos, por cierto, también están en los refrescos de dieta que no contienen azúcar, pero sí endulcorantes o endulzantes artificiales).
• Masticar hielo. Sí, se trata sólo de agua congelada, refrescante, sin azúcar… ¡pero es duro! Masticarlo puede fracturar los dientes o producirles rajaduras.
• Comer papitas fritas de paquete. El almidón que contienen se convierte en ácido, y este ácido puede atacar los dientes hasta por 20 minutos. Si las comes, trata de lavarte los dientes y usar hilo dental lo antes posible.
• Comer muchos bocadillos (snacks) entre comidas. Estos alimentos producen menos saliva que una comida, y sus restos se quedan en los dientes por horas. Trata de reducir la frecuencia, y elige bocadillos bajos en azúcar y almidón, como bastoncitos de zanahoria.
• Morder los lápices. ¿Sueles morder los lápices cuando estás concentrado(a), estudiando o trabajando? Deja de hacerlo. Es igual que masticar hielo: puede fracturarte los dientes.
• Cepillarte los dientes con mucha fuerza o con un cepillo de cerdas duras.Puede producir retracción de las encías y exceso de sensibilidad en ellas.
• Cepillarte los dientes con movimientos horizontales. Desgasta el esmalte de los dientes. Lo correcto es cepillarlos con movimientos circulares.
¿Cuántos de estos malos hábitos practicas tú? Aunque no puedas eliminarlos todos de una vez, empieza poco a poco, y de ser posible, empieza por dejar los más peligrosos primero, como el cigarrillo.   Además procura visitar al dentista regularmente para tus chequeos y tus limpiezas, y para descubrir a tiempo cualquier problema en tus dientes, y ponerle remedio. También es importante que mantengas una buena higiene bucal, cepillándote los dientes y usando hilo dental. Después de eso, ¡sonríe sin miedo! Seguro que causarás una buena impresión.

Recomendaciones para cuidar el cepillo de dientes


Recomendaciones para cuidar el cepillo de dientes

La higiene bucal o higiene oral es una de las principales maneras de prevenir enfermedades en la boca, en las encías y en los dientes. Pero imagínate lo que pasaría si quisieras limpiar una superficie con una esponja sucia. Lo mismo ocurre cuando tu cepillo de dientes no está en buenas condiciones. Por eso, también es muy importante el cuidado que le das a esta herramienta que usas todos los días. Descubre algunas recomendaciones para mantenerlo siempre en buenas condiciones, y que la limpieza sea efectiva.
Como te hemos contado en notas anteriores, el mantener una rutina diaria de buena higiene oral te ayudará a prevenir, entre otras cosas, la aparición de caries, la pérdida de los dientes, el dolor en las encías y otros problemas en el futuro. También te ayudará a mantener un aliento agradable y una bonita sonrisa. Recordemos algunos de los principales cuidados que debes seguir para mantener una buena salud oral:
  • Cepillarte los dientes con una pasta dental con fluoruro, al menos dos veces al día (después de desayunar y antes de acostarte, y si puedes también después de cada comida y de tomar refrigerios dulces)
  • Dedicar por lo menos tres minutos cada vez que te cepilles los dientes. Es importante que te cepilles todos los dientes y en todas sus caras: por delante, por arriba y por detrás.
  • Si quieres, también puedes cepillarte la lengua, para mantener el aliento fresco, pero evita cepillarte las encías ya que puedes lastimarlas.
Todas estas medidas son ampliamente difundidas a la hora de pensar en el buen cuidado de los dientes, las encías y la boca en general. Pero imagínate lavando el auto, los platos o cualquier superficie que se te ocurra con una esponja sucia, ¿qué ocurriría?
Lo mismo pasa con tus dientes, aunque no se hable tanto de cómo mantener al cepillo dental en condiciones óptimas para que la limpieza sea efectiva. Ahora lo sabes. Además de cuidar la boca, es necesario conservar el cepillo de dientes en buen estado. Y para que puedas incluir este hábito en tu rutina de higiene oral, las siguientes recomendaciones te pueden ayudar:
  • Asegúrate de usar un cepillo de cerdas suaves y cámbialo cada tres meses o cuando sus cerdas estén dobladas (algunos cepillos cambian de color cuando es necesario renovarlo).
  • No compartas los cepillos de dientes y ensénales a los niños a que no lo hagan, ya que esto aumenta el riesgo del contagio de infecciones entre quienes comparten el cepillo.
  • Después del cepillado, enjuaga el cepillo dental cuidadosamente con agua corriente, para remover la pasta dental y otras impurezas que puedan quedar en él.
  • No es necesario que remojes tu cepillo de dientes en soluciones desinfectantes o enjuagues bucales, esto puede contaminarlo cuando la solución se utiliza con otros cepillos o durante un período largo de tiempo.
  • Tampoco es necesario que utilices lavavajillas (una máquina para lavar trastes), un horno de microondas o rayos ultravioletas para desinfectar tu cepillo, ya que todo esto puede dañarlo.
  • Luego de enjuagar tu cepillo dental, déjalo secar al aire libre y guárdalo en posición vertical, con las cerdas hacia arriba.
  • Si varios cepillos comparten el mismo cepillero, no permitas que entren en contacto unos con otros.
  • Tampoco los mantengas cubiertos ni en recipientes cerrados, ya que estas condiciones (el ambiente húmedo) son más propicias para el crecimiento de bacterias.
Por último, si estas pensando en comprar o utilizar productos para desinfectar tu cepillo, ten mucho cuidado ya que esta práctica no está recomendada por los dentistas (odontólogos).
Con estas recomendaciones podrás mantener una sonrisa linda y sana por más tiempo. Y así como se recomienda que renueves (cambies) tu cepillo cada tres meses, recuerda renovar tu visita al odontólogo al menos una o dos veces por año, o según él o ella te lo indique cuando te examine.