Mitos y Realidades del Dentista
Mitos y Realidades del Dentista
Sobre el dentista y su labor hay demasiados mitos, demasiadas falsedades
que se transmiten como palabra santa y que contribuyen a empeorar la
salud dentaria, a agravar el temor y a evitar la visita preventiva
periódica al dentista.
Aca algunos Mitos y Verdades...
Mito El diente curado no sufre más caries.
Realidad
Los arreglos de caries sólo rellenan la cavidad existente, limpiada con
el torno. Al lado, si no se hace una buena higiene dental, se puede
formar otra caries.
Mito El dentista hace doler.
Realidad
La anestesia local que debe usar siempre el dentista debe eliminar
absolutamente todo dolor y el paciente tiene derecho a exigir que así
sea, aun cuando haya que repetir la aplicación del líquido anestésico.
Mito En el embarazo, no hay que visitar al dentista. Y nunca una extracción en el período menstrual.
Realidad
Sólo hay que evitar las radiografías durante los 3 primeros meses de
embarazo. Los tratamientos de rutina pueden cumplirse sin ningún temor.
Aun hacia fines del embarazo. Las encías pueden ser tratadas, pero
serían preferibles las terapias previas. Y el período menstrual, hecho
fisiológico, normal, no es impedimento para nada.
Mito:
Mejor que dentífrico es lo que usaba la abuela, como sal, carbón en
polvo, cascarilla de arroz y otros polvos más. Y es mejor frotarse con
el dedo, que no daña.
Realidad Para quitar la placa
microbiana basta un cepillo blando con una pasta blanda, no polvos que
rallan y gastan los dientes. Los dentífricos corrientes tienen
sustancias preventivas, como flúor, antisarros y refrescantes. Un
cepillo blando, usado con minuciosidad y sin violencia, no daña y limpia
mejor, porque llega a zonas inaccesibles para la yema del dedo. El dedo
sirve para masajear las encías después del cepillado.
Mito
Si las encías sangran, es mejor no tocarlas con el cepillo o el hilo.
O: Si las encías sangran, mejor, hay que darles fuerte con el cepillo y
el hilo.
Realidad Cuando las encías sangran es
porque están enfermas. No las cura ni sólo cepillarse ni sólo dejar de
cepillarse. Pueden sangrar después del tratamiento, pero terminan por
curarse y no sangran más.
Mito: Para el dolor de muelas, una aspirina en la encía junto al diente.
Realidad
Sólo por sugestión podría aliviar. La aspirina actúa por ingestión: hay
que tomarla. Aplicada a la encía, quema; porque es un ácido.
Mito
Cuando se usa un juego de dentaduras postizas, la superior, lógicamente
tiene que caerse en la boca y crear problemas; en cambio, la inferior
se queda apoyada en la mandíbula.
Realidad La
prótesis inferior está apoyada, pero también la rodean músculos de la
mejilla, la lengua y la masticación. La superior se mantiene adherida al
paladar como por una ventosa. Con el tiempo y la práctica, se aprende a
manejar la dentadura inferior, con bastante eficacia.
Mito Las dentaduras postizas son para siempre.
Realidad
Las dentaduras no se alteran con el tiempo, pero la boca sí. Cuando las
encías se achican, las prótesis se aflojan y pueden causar daños por el
roce constante. Pueden hacerse readaptaciones periódicas, pero lo mejor
es finalmente renovar la dentadura.
Mito Si una criatura se chupa el dedo, empuja los dientes para afuera.
Realidad Es normal el hábito de succión del pulgar en el niño y lo hace feliz,
sin deformarle la boca. Desaparece hacia los 3 años. Si persiste más
allá de los 4 a 5 años, entonces sí puede deformar los dientes
delanteros.
Mito No hay que curar las caries de los dientes de leche porque se caen y salen los definitivos.
Realidad
El niño sin dientes no mastica ni habla bien y se ve mal. Los dientes
vecinos se corren y no dejan lugar para los permanentes o salen fuera de
línea o amontonados. Por eso, al extraer un diente primario, se coloca
un dispositivo que guarda el espacio.
Mito No hace falta cepillar los dientes de leche.
Realidad
Los chicos necesitan la higiene bucal más que nadie, porque sus dientes
son más débiles y porque consumen más golosinas, leches chocolatadas,
gaseosas y otras fuentes de caries. Los padres deben ocuparse del
cepillado tan pronto como aparezcan los primeros dientes.
Autor o fuente: Dentistas Mexico
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