martes, 29 de mayo de 2012

“Apolonia, La patrona de los enfermos dentales”



“Apolonia, La patrona de los enfermos dentales”



El martirio de Santa Apolonia, representado en el libro de horas de Étienne Chevalier (1455). La miniatura del pintor Jean Bouquet muestra la adaptación popular de la adoración a Apolonia en forma de misterio.Para el año 249, cuenta la leyenda que durante una persecución de cristianos en Alejandría, la plebe irritada mata a Apolonia, hija de un famoso concejal, la golpearon hasta quebrarle todos sus dientes y amenazaron con quemarla viva si no pronunciaba con ellos las palabras ateas. En lugar de acceder, saltó al fuego por sí sola. Eusebio de Cesarea (h. 260-340) narra a detalle el martirio de Apolonia convirtiéndola en la “patrona de los enfermos dentales”, cuyo culto pasó de Alejandría y Roma, hasta toda Europa para el siglo XIII.

En 1634, fue oficialmente canonizada por el papa.
Además de Apolonia, existen aproximadamente 20 santos más, encargados de sanar el “dolor de muelas”,  como lo son San Laurencio, a quien se acude por dolor agudo de encías y Santa Lucía, cuando erupcionan las muelas del juicio, entre otros.

Santa Apolonia fue una mujer ya mayor, aunque en muchas iglesias donde se representa su imagen, la observemos como una mujer joven y hermosa.

Oración a Santa Apolonia, (Austrias, España):

“Santa Apolonia, aquí estoy pobre pecador, me duelen los dientes, reconcíliate pronto conmigo y regálame tranquilidad para el cuerpo, para poder olvidar este tormento del dolor de dientes.”


Santa Apolonia.

A la izquierda, imagen tomada del fragmento de una pared de baldosas, en la iglesia parroquial de Ribeira Branca, Portugal.

A la derecha, los torturadores le rompen los dientes a santa Apolonia, (Xilografía, Augsburgo, 1470).




En la India, por allá del siglo III, se tenía la creencia de la teoría de la “Tridiosa”, (tri=tres, diosa=error o daño)  partiendo de tres diosas o humores, cuyo equilibrio era esencial para proteger de enfermedades.

Viento “vaya”, Bilis “pitta”, y Mucosa “kapha”, eran relacionados con elementos de la física hindú. El viento es seco y liviano, vinculado con el Aire. La Bilis, caliente, se relaciona con el fuego, y la mucosa, fría y húmeda, con el agua. Cada elemento que se desequilibrara provocaba distintos síntomas, relacionados con su origen, dependiendo los síntomas se recetaban medicamentos basados en sabores, por ejemplo, lo picante, agrio y amargo originaba viento, lo dulce, ácido y salado lo calmaba, etc.

Es posible que la teoría de la tridiosa se viese influida por la patología humoral, de esta manera establece que las personas de tipo “viento” eran activas e inestables, las “bilis” orgullosas y amantes del orden, y  las de tipo “mucosa” sensibles y sexualmente potentes.

¿Qué tal ?



Abulcasis (árabe Abul-Qasim Chalaf ibn al-Abbas az-Zah­rawi) que vive, durante la se­gunda mitad del siglo en la España musulmana, ocupa el puesto de médico personal de los califas Abderrahman III y al-Hakam II en Córdoba.
Su enciclopedia médica Al- Tasrif se traduce a varios idiomas e influye con posterio­ridad sobre la cirujía occiden­tal. Ya en el siglo XII Gerardo de Cremona (- a partir de 1135/pág. 89) traduce este tex­to al latín con el título de Tes­-rif, gracias a lo cual Abu1casis ejerce una gran influencia so­bre las escuelas francesas de cirugía de los siglos XIII XLV. El último libro de la obra Chi­rurgia se imprime en 1497 en Venecia adaptado por Guy de Chauliac mientras que otras partes de la misma se publican en 1471 con el nombre de Liber servitoris. La obra aparece íntegra en Ba­silea en 1541, mientras que en 1778 el erudito John Channing publica las obras de Abulcasis enOxford.

Abulcasis dedica el segundo capí­tulo de su libro “Sobre la cirugía” a la praxis médica. Trata la extracción de tumores, el trata­miento dental, las amputaciones, la sangría y la escarificación. En el tercero, describe cómo tratar las fracturas óseas, así como los mé­todos para aliviar las dislocacio­nes de las extremidades. Abu1casis hace una extensa descripción de los métodos curativos con gran conocimiento de causa. Da la mis­ma importancia a los métodos para combatir el dolor con frío o espon­jas somníferas (- fin. del s. X) que a la técnica de las su­turas y los vendajes.

Para el año de 1427, el médico y literario italiano Giovanni d’Arcoli, (Johannes Arculanus, m. h. 1458) obtiene una cátedra de medicina en la Universidad de Padua. Es el primero en recomendar el uso de láminas de oro para la conservación de los dientes.

Dice que hay que tratar el diente que reaccione al calor, con productos refrescantes, y el que sea sensible al frío, calentándolo. Si no duele demasiado, el diente se rellenará con oro. Para la cauterización con un hierro incandescente y para aliviar el dolor de muelas. “Y si es necesario se procederá a perforar el diente con un pequeño taladro para que la fuerza cauterizadora llegue al lugar enfermo”.


Fuente: http://odontoblog.com.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario